domingo, 27 de febrero de 2011

Cuando los socialistas le salvaron la vida a Gadafi


Si Gadafi sigue vivo aún hoy es, en parte, gracias a Felipe González, Craxi y Mitterrand.


Tirano, sátrapa, loco, o genocida son sólo algunas de las lindezas con las que describen a Gadafi estos días políticos, columnistas y medios de comunicación. Algunos, como Público se empeñan en señalarle como amigo personal de Aznar, por aquel caballo que el entonces presidente del Gobierno español regaló al líder libio. Otros no se olvidan de los encuentros más recientes que ha tenido Zapatero con Gadafi.
En cualquier caso, tampoco viene mal recordar, como hace este domingo ABC, quienes participaron, de una u otra manera, en la operación que llevó a cabo Ronald Reagan desde EEUU, para acabar con el líder libio, Gadafi, a quien el americano apodó "perro loco". Conviene recordar que se trata de un terrorista que ha organizado atentados en occidente.
En este sentido, ABC recuerda el episodio acaecido en Trípoli el 15 de abril de 1986 cuando Ronald Reagan bombardeó la vivienda de Gadafi sin lograr acabar con el líder sanguinario y terrorista libio. Precisamente, el reportaje apunta uno de los motivos por los que el ataque no logró su objetivo: La España de Gonzalez, Francia de Mittrrand y la Italia de Craxi lo impidieron cortando su espacio aéreo a los aviones norteamericanos.
El 12 de abril de 1986, Reagan envía un mensaje a Felipe González para informarle de su decisión de lanzar un ataque contra Gadafi tras el atentado terrorista contra una discoteca en Berlín una semana antes el 5 de abril y cuya autoría se atribuía a Gadafi. Semanas antes se informaba de reuniones entre Gadafi y miembros de ETA y el IRA, además el 13 de abril Italia informa de que Gadafi había entregado a ETA un millón de dólares.
Pese a todo, González se negó a que los aviones de combate norteamericanos destacados en Reino Unido atravesaran el espacio aéreo español. Fue el primero, luego denegaron su autorización los gobiernos de Francia e Italia, siendo este último el encargado de avisar a Gadafi de las intenciones de los norteamericanos.
Sin autorización para sobrevolar España, Francia e Italia, los aviones americanos tuvieron que añadir 12 horas más de vuelo en una ruta alternativa por el atlántico. Tiempo que aprovechó el tirano libio para esconderse y evitar la muerte.
FUENTE: LIBERTAD DIGITAL

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